«Tan importante o más que lo que comemos es lo que bebemos. Podemos sobrevivir sin comer nada unas semanas, pero muy pocos días sin beber. Frente a la creciente oferta de bebidas, las recomendaciones sobre su consumo son cada vez más escasas e insuficientes, cuando no erróneas e interesadas, y muestran una clara influencia de lobbies de empresas que venden zumos, refrescos, bebidas energéticas, deportivas, alcohólicas, y un largo y líquido etcétera. En una época en la que la oferta de bebidas cada día es mayor y la industria alimentaria va buscando nuevas fórmulas con las que atraer y confundir al consumidor, Beber sin sed es un libro imprescindible para ayudarnos a elegir con criterio qué beber.»
«Tengo el convencimiento de que, con mucha frecuencia, tendemos a subvalorar las calorías que ingerimos y sobreestimamos las que gastamos; esto es, pensamos que comemos menos cantidad de comida que la que en realidad comemos y, además, olvidamos con rapidez las ingestas de productos insanos. Por otro lado, pensamos que con media hora de deporte o con una hora caminando, podemos eliminar los excedentes consumidos. La fórmula clásica, mil veces oída en las consultas de los sanitarios, «come menos y muévete más«, no puede resumir la gran cantidad de factores que influyen en nuestras decisiones alimentarias, sobre todo en la infancia. A través de ilustraciones a color y comparaciones fáciles de identificar, os explico las claves psicológicas que usa la poderosa industria alimentaria para que consumamos , a cualquier hora y en cualquier sitio, productos de alta densidad energética y baja calidad nutricional. Conociendo bien los trucos de los productores y sabiendo interpretar adecuadamente las etiquetas, tendremos más fácil realizar nuestras elecciones, porque al final…Tú Eliges lo que Comes.»